Te animo a ... encontrar tu propia identidad.
La vida es un juego sofisticado, con infinitos niveles de dificultad. 

Somos parte de todo lo que existe, somos unidad. 
Yo soy una porción infinita, una gotita en un océano, pero sé quién soy. 
¿Sabes quién eres tú realmente?.

Comencemos definiendo identidad. Esta palabra llena de un significado tan profundo, deriva del latín identitas. Identidad es el conjunto de los rasgos propios de un ser humano o de una comunidad. Estos rasgos, caracterizan a la persona o a la colectividad frente a los demás. La hacen única.

Es importante no confundirla como sinónimo de personalidad. La identidad va mucho más allá, conteniendo incluso los fines últimos a los que el ser humano aspira en la vida, es el propio concepto del "sí mismo", mientras que la personalidad tiene que ver más con la imagen proyectada.

La identidad es la respuesta al cuestionamiento de: ¿Quién soy?,¿Quién creo que soy? y como consecuencia, ¿Dónde pongo mis límites?.
Nuestra propia identidad es definida por la suma de nuestras creencias, valores y el contenido de nuestros pensamientos. Esta suma, da como resultado simple que si nosotros creemos que somos de un determinado modo de ser, conociéndonos o no realmente, así seremos.

Estos conflictos de identidad, al tener relación directa con el sistema inmunitario y el sistema endocrino, provocan alteraciones en todo el organismo llegando a crear un caos interior y ocasionando posibles enfermedades.
Pensemos entonces de qué depende también nuestra salud o gran parte de ella. ¿Tal vez... de nuestra identidad?
Principalmente, la identidad que tiene un ser humano desde que nace, está dada por el nombre, el apellido y la huella digital. Estos elementos son los más utilizados para distinguir a una persona y aparte, poder figurar en todos los documentos, formularios y registros oficiales. También reseñar el ADN y los marcadores genéticos monoparentales los cuales, son utilizados para confirmar con más exactitud la identidad de la persona.

En la adolescencia, ya se tiene que comenzar a edificar sólidamente el nivel de la propia identidad, esto es complejo y de precisa elaboración, ya que va a servir de faro para el resto de la vida, marcando la estabilidad en la adultez.

La búsqueda de la identidad es una necesidad saludable del ser humano.

Practica la reminiscencia, la representación mental de una situación o hecho del pasado. Rebusca en el conocimiento del recuerdo. Esto favorece la integridad, refuerza la identidad y aumenta la autoestima.
Pero.... ¿Cómo la encontramos? Identificando cuáles son los subsistemas que forman parte de tu identidad. Tu identidad sexual, tu identidad física, tu identidad ideológica, tu identidad social, etc. Debes explorar diversos campos, analizando tus virtudes y defectos que te ayudarán a ir creando tu propio sello de identificación...
 Tu propia identidad.