Te animo a ser... libre.
        Terapia cognitivo - conductual.


A lo largo de nuestra vida, adquirimos estilos de conducta y esquemas de pensamientos que pueden ser, más o menos perjudiciales para nuestra salud. Adquiriendo una visión de sí mismo, de los demás y del mundo en general sobre cómo deben ser las cosas, cómo alcanzar las metas y cómo manejar las dificultades, que varía de unas personas a otras según el enfoque de visión que tengamos.

La terapia cognitivo-conductual (TCC) se centra en los eventos y dificultades del "aquí y ahora". Ayuda a romper el círculo vicioso de pensamientos, sentimientos y comportamientos negativos llegando a un punto, donde se cultivan nuevas formas de pensar para elaborar las propias maneras de afrontar un evento negativo.

Para ello, se trabaja una definición clara de objetivos y se actúa en función de los mismos, por ejemplo: encarar una fobia, manejar conflictos familiares, superar pensamientos y comportamientos perjudiciales, control de la ansiedad, etc.
En esta terapia se identifica los pensamientos automáticos y otros mecanismos que disparan las reacciones inconvenientes, emociones negativas y comportamientos improductivos. Es una terapia activa ya que la persona aprende, ensaya nuevos esquemas de pensamientos y estilos de conducta, más eficaces para desarrollar su día a día.
Allí se fomenta un diálogo abierto y natural pudiendo ser efectivo tanto a nivel individual como grupal.
Es fácil hablar de algo, lo difícil es hacerlo realidad con lo cual, después de identificar y marcar las pautas hay que practicar en la vida diaria al concluir cada sesión.
Para ello, como ayuda, se facilitará herramientas tales como habilidades de comunicación, resolución de problemas, autocontrol de la ansiedad, etc. 
En síntesis, de forma rápida y concreta, observas que a lo largo de los años descubres que nuestros conflictos emocionales, son fruto del aprendizaje.

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